2 de diciembre de 2010

LA LÍNEA




De nuevo son más de las seis de la mañana y el tren que me lleva dos veces por semana al hospital va atestado de gente. Me acompañan en mi recorrido el olor de los sueños inalcanzables que no tuvieron tiempo o ganas de bañarse. La modorra de un nuevo día se despereza mostrándonos sin pudor su desnudez; las carnes de los excesos y las ojeras de una trasnochadora empedernida que tampoco se ha acordado de darse una ducha. Madrid crece a la sombra de los edificios, de las aceras, de los desangelados que perdieron un día el Norte y buscan su refugio en el fondo de una caja de cartón. Me da por pensar cosas raras cuando estoy de lunes. Divago como una vieja gata que ya parió todas las camadas del mundo y se lame el pelaje raído, mirando su reflejo en el último charco de su vida. Pero no es agua lo que tengo bajo mis pies, es el asfalto de una carretera que señala mi último camino. El mismo de los últimos seis meses, pero esta vez no hay regreso a la caída de la tarde.



Copyright: Luisa Fernández


Fotos extraídas de Internet.


22 comentarios:

  1. Espero que solo sea un relato. ¡Dime que te encuentras bien !!!
    Espero que te encuentres divina y sea un relato.
    Un beso

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  2. Es sólo un relato, Reina. Tranquila. Estoy muy bien. Es una historia en primera persona por eso suena tan real.
    Te agradezco la preocupación.
    No hay que olvidar que hay muchas personas que les ocurre esto. Yo he tenido alguien muy cercano.

    Un besazo.

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  3. joder que susto luisa, de todos modos enhorabuena consigues tal nivel de credibilidad que me has asustado. un besote.

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  4. Ay, Voltios. Siento el susto.
    Está claro que no me puedo poner un poco profunda… es un relato triste, pero ya sabes; hay que meterse en la piel de otros para lo bueno y para lo malo.

    Un besazo.

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  5. Creo que un@ sabe bien cuándo es inútil seguir el camino, al menos ese camino que, tan poco, nos da ya...

    Es magnifico el relato, Luisa. A mi me encanta que te pongas profunda, porque se esa profundidad sale a la luz, siempre, lo mejor de tu pluma.

    Besos

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  6. Genial relato de lo que acontece a muchas personas hoy en día... Desarraigadas y sin esperanza: Sin sitio para poner su pie en este mundo...

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  7. Siempre tan generosa conmigo, Trini.
    Y qué verdad es que hay veces que no somos los mismos cuando amanecemos que al acostarnos. Hay decisiones y desgarraduras que nos hacen cambiar de opinión y de estado.

    Un beso muy fuerte.

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  8. Un micro-relato en primera persona. Según lo leemos nos ponemos en la piel de la protagonista, y se nos erizan nos vellos. ¡Cuánta gente desarraigada, desangelada, apática y deprimida hay por ahí!. Personas que nos cruzamos todos los días... hasta que un día dejan de estar. Un final el tuyo que dá que pensar. Bueno, muy bueno como todo lo que escribes. Un beso de esta cuentera que decidió rebautizarse Idaluz.

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  9. Hola, Marga.
    Me alegro de verte de nuevo por aquí.
    Sí, hay momentos en los que el mundo nos parece un territorio del todo perdido y nuestro destino se asemeja al de una polilla suicidándose contra la única bombilla encendida.

    Un besazo, hermanita.

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  10. Hola, Cuentera.
    Hoy tocaba afilarse las uñas y escribir de lo cotidiano que pasa desapercibido. La vida y la muerte desfilan por el mismo camino. La esperanza de unos, el dolor de otros... ocupan por igual asientos del mismo vagón. Una línea de vidas paralelas.

    Un beso muy fuerte, Idaluz.

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  11. Que maravilla Luisa tu relato me deja atonito
    porque en el si te relajas muy bien puedes
    observar como el alma de la poesia deja retales
    de sus esencias en tu inspiracion felicidades...

    Me acompañan en mi recorrido el olor de los sueños inalcanzables que no tuvieron tiempo o ganas de bañarse..

    La modorra de un nuevo día se despereza mostrándonos sin pudor su desnudez; las carnes de los excesos y las ojeras de una trasnochadora empedernida

    Madrid crece a la sombra de los edificios, de las aceras, de los desangelados que perdieron un día el Norte y buscan su refugio en el fondo de una caja de cartón.

    Divago como una vieja gata que ya parió todas las camadas del mundo y se lame el pelaje raído, mirando su reflejo en el último charco de su vida

    Todo eso amiga entraña una exquisitez de lirica
    donde mis ojos pueden ver la caricia de tu superacion literaria que sabia eres compañera..

    Un sincero abrazo besos humildes
    que tengas un feliz dia amiga...

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  12. Cuando uno sabe que no hay retorno posible, supongo que el último viaje se torna amargo. Uno mira a su alrededor y ve las miserias de los demás, sus limitaciones y sus defectos maquillados con alguna pseudovirtud.
    lo cierto es que ellos, los demás, seguirán viajando mientras tengan el billete vital al corriente.
    Triste, real, diferente este relato. Para leer y pensar.

    Un abrazo de Mos desde su orilla.

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  13. Hola, jose.
    Me alegro mucho que te haya gustado tanto mi pequeña divagación de un lunes por la mañana.
    Ahí estamos, intentando aprender cada día. Tú si que eres sabio.

    Muchos besos, compañero, que tú también tengas un feliz día.

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  14. Así es Mos. Tú lo has explicado requetebién. Todo se reduce a eso: a tener al corriente el billete vital.
    Bueno, en este micro la reflexión se hace inevitable. Tal vez diga más con lo que he omitido que con lo que cuento de la historia.

    Un besazo, compi, nos vemos mañana en clase.

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  15. Creo Luisa que estás en el camino correcto, aunque lo encuentres enrevesado y tú misma te sienmtas mal algunas o muchas veces. Pero estás en el camino sin duda, en el camino de la literatura y por lo que transcribo tras tu escritura es madurez y saber hacer de escritora.
    sigue adelante porque llegarás. En cuanto a mí, todavía ni siquiera sé si estoy embarcado en ese tren maravilloso, aunque esté atestado de gente...
    besos.

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  16. Hola, Josef.
    Creo que todos nos preguntamos a menudo si realmente estamos en ese tren y si el camino es el correcto. Las dudas forman parte de cada uno de nosotros. La única certeza que nos mueve es seguir camino y no abandonar la línea.
    Pienso que sí estás en el tren, Josef. Eres un gran transmisor de sentimientos.
    Gracias por tus ánimos.

    Besos.

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  17. Escribes muy bien.
    es un placer pasar a leerte.
    que tengas una feliz semana.
    un abrazo.

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  18. Gracias, Ricardo.
    El placer es mío al tener lectores como tú.
    Que tengas también una buena semana.

    Un abrazo.

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  19. Uffff a mi también me habias asustado. Tu relato muy impactante, yo en mi caminar por hospitales como paciente y mis visitas como miembro de la asociación ADIMA, he conocido tantas historias, que me siento muy sensible ante el dolor y los problemas de todos, sobre todo de los más oprimidos y solos.
    Un beso Luisa

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  20. Nada, Josefina, yo estoy como una rosa.
    Por desgracia conozco personas que se han visto al límite por una enfermedad terminal y otras a las que les cambia la vida de la noche a la mañana por otras razones. La vida muerde.

    Tú cuídate mucho el brazo, verás cómo con la rehabilitación va mejorando poco a poco.

    Un beso muy fuerte.

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  21. Juego de sentimientos entrecruzados que son el día a día de mucha gente pero que no sabrían expresarlo de la misma forma, estas fechas no dejan de ser un poco raras. Finaliza el año y parece que hay que hacer examen de no se que.
    Besos miles.

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  22. Ay, los años, Resu.
    Cada Navidad lo mismo. Un año más que se clava en la chepa. No sé tú, amiga, pero desde que cumplí los treinta se me ha pasado una década volando. Las castañas se acumulan en el saco y no hay manera, cada vez pesan más. Creo que todos hacemos acto de contrición y nos prometemos a nosotros mismos que alcanzaremos las metas de una puñetera vez. Yo elevo la mirada al cielo y digo: Virgencita, que me quede como estoy…

    Un beso muy fuerte, compi.

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