Ya lo conocía pero da igual porque me lo he pasado pipa al volver a leerlo. ¡Pum!, ¡toma!, ¡zas!, ¡dale que te pego!,¡venga!, ¡calla!,...A más de un jefe habría que sacarle el látigo como hace la prota de este parafílico-encantador-humorístico-ridículo-talentoso-sorpresivo microrrelato. Qué cochino; mira que mearse por las esquinas.
Enhorabuena, amiga Luisa. Un abrazo de Mos desde su orilla
Pero, Luisa eres increíble, me has sorprendido. Suscribo todos los calificativos de Mos. Menuda "loba" había encerrada dentro de esa empleada que anula al macho alfa.
Claro que conoces este relato, Mos. Te lo di para que le echaras un vistazo y me dieras opinión para mandarlo a Parafilias. Lo que pasa es que de esto hace un año o más, y claro, ya no recordabas de qué lo conocías.
Pues la verdad es que el tío era un poco guarrete. Creo que aquello era como un círculo vicioso. “Tú te meas, pues yo te pego mucho más”. Vamos, que porque el tío era el encargado de mantenimiento, que si llega a ser un alto ejecutivo, mi protagonista hubiese acabado sentada en su sillón y él fregando los rodales de las esquinas. Je, je,je.
Gemelas, me encanta sorprender al lector. Eso creo que ha quedado claro a estas alturas, je,je. Creo que es la parte más divertida de escribir. Tal vez sea porque es una de las cosas que más valoro a la hora de leer. Cuando comienzo un libro espero encontrar una frase, una escena, un “algo” que me sorprenda. Si es así, sigo leyendo. Le doy una oportunidad.
Sí, esta mujer es una loba con tacones de tafilete. El personaje está basado en alguien que conozco. No así la historia.
Gracias por partida doble, Trini. Tú sí que eres genial:)
Ya me dirás si hay alguna novedad con respecto a la revista. Parece que este año la cosa está muy difícil para lo de la subvención. Lleva meses de retraso.
Je, je, je, por lo que veo, literariamente le metes mano a cualquier género. Muy interesante este relato, muy perverso pero al que le he encontrado un toque cómico.
Lo había leído hace unos días, pero aún no había comentado.
Resu, me gustan los juegos hasta en la vida real. Creo que hay que reinventarse. Lo soso no mola. Para soso ya está el café con sacarina y los refrescos ligth ¡Grrrr!
Lo que verdaderamente da alegría es ver que vosotros sois cómplices de estos pequeños juegos.
Lo que más me gusta de este micro es la frescura descarada, el humor e imaginarme a más de un jefe de los que he tenido sometido por la señora de la limpieza, qué morbo.
Lo pasé bien escribiendo este micro. Y, bueno, yo es que tengo mucho sentido del humor, sobre todo cuando escribo. En persona soy algo más cortadilla, pero vamos, tampoco me cuesta demasiado.
Ya lo conocía pero da igual porque me lo he pasado pipa al volver a leerlo.
ResponderEliminar¡Pum!, ¡toma!, ¡zas!, ¡dale que te pego!,¡venga!, ¡calla!,...A más de un jefe habría que sacarle el látigo como hace la prota de este parafílico-encantador-humorístico-ridículo-talentoso-sorpresivo microrrelato.
Qué cochino; mira que mearse por las esquinas.
Enhorabuena, amiga Luisa.
Un abrazo de Mos desde su orilla
Pero, Luisa eres increíble, me has sorprendido. Suscribo todos los calificativos de Mos.
ResponderEliminarMenuda "loba" había encerrada dentro de esa empleada que anula al macho alfa.
Besos a pares.
Claro que conoces este relato, Mos. Te lo di para que le echaras un vistazo y me dieras opinión para mandarlo a Parafilias. Lo que pasa es que de esto hace un año o más, y claro, ya no recordabas de qué lo conocías.
ResponderEliminarPues la verdad es que el tío era un poco guarrete. Creo que aquello era como un círculo vicioso. “Tú te meas, pues yo te pego mucho más”. Vamos, que porque el tío era el encargado de mantenimiento, que si llega a ser un alto ejecutivo, mi protagonista hubiese acabado sentada en su sillón y él fregando los rodales de las esquinas. Je, je,je.
Un beso muy fuerte, compi.
Gemelas, me encanta sorprender al lector. Eso creo que ha quedado claro a estas alturas, je,je. Creo que es la parte más divertida de escribir. Tal vez sea porque es una de las cosas que más valoro a la hora de leer. Cuando comienzo un libro espero encontrar una frase, una escena, un “algo” que me sorprenda. Si es así, sigo leyendo. Le doy una oportunidad.
ResponderEliminarSí, esta mujer es una loba con tacones de tafilete. El personaje está basado en alguien que conozco. No así la historia.
Un par de besos muy fuertes.
Ya dejé unas palabras allí, pero las repito. Luisa, eres genial. Enhorabuena.
ResponderEliminarBesos
Gracias por partida doble, Trini.
ResponderEliminarTú sí que eres genial:)
Ya me dirás si hay alguna novedad con respecto a la revista. Parece que este año la cosa está muy difícil para lo de la subvención. Lleva meses de retraso.
Un beso fuerte.
Hola
ResponderEliminarJe, je, je, por lo que veo, literariamente le metes mano a cualquier género. Muy interesante este relato, muy perverso pero al que le he encontrado un toque cómico.
Lo había leído hace unos días, pero aún no había comentado.
Un saludo.
Juan.
Juan, escribo de todo un poco. Siempre ha sido así. No nos engañemos: es la historia la que te elige no al revés.
ResponderEliminarBueno, yo tengo muchísimo sentido del humor aunque a primera vista no lo parezca. Me gusta jugar con las historias.
A ver si hago un hueco para leerte, Juan. Estoy muy, pero que muy liada.
Un abrazo.
Siempre fresco ese morbo que repartes ¿o no?, de todos modos versátil hasta la médula.
ResponderEliminar¡Cómo te gustan los juegos! y que bien se te dan.
Besos miles.
Resu, me gustan los juegos hasta en la vida real. Creo que hay que reinventarse. Lo soso no mola. Para soso ya está el café con sacarina y los refrescos ligth ¡Grrrr!
ResponderEliminarLo que verdaderamente da alegría es ver que vosotros sois cómplices de estos pequeños juegos.
Un besazo, compi.
Qué bueno, y que gran final, Luisa.
ResponderEliminarLo que más me gusta de este micro es la frescura descarada, el humor e imaginarme a más de un jefe de los que he tenido sometido por la señora de la limpieza, qué morbo.
Un abrazo, Luisa.
Gracias, Tesa.
ResponderEliminarLo pasé bien escribiendo este micro. Y, bueno, yo es que tengo mucho sentido del humor, sobre todo cuando escribo. En persona soy algo más cortadilla, pero vamos, tampoco me cuesta demasiado.
Un beso muy fuerte, guapísima.