20 de marzo de 2010

RELATOS PERTURBADORES



ASESINATO EN LAS VILLAS


Anochecía en Las Villas mientras que el inspector Gómez se acercaba a la puerta trasera de la casa. De fondo, las sirenas silenciadas de los coches patrulla teñían de un azul intermitente los setos del jardín. Dio varias caladas profundas a un Coronas antes de atravesar el umbral, y lo lanzó a la gravilla de los parterres. Dentro, el olor oscuro de la muerte le hizo torcer el gesto. Al fondo de la cocina una silueta de tiza recortaba la posición exacta del cadáver. Medio metro más allá, la del arma: un cuchillo. Había una gran mancha de sangre coagulada sobre el piso. Una mujer mayor, consumida y diminuta, estaba sentada en un taburete con actitud alerta. A su lado, su hijo en silla de ruedas. Gómez recogió el informe a uno de los agentes. Después de leerlo, interrogó a la mujer.


Bien, señora García. Aquí dice que es usted la asistenta y que vivían con la víctima.


Ella asintió con vehemencia.


Que no oyeron ni vieron nada durante la noche prosiguió diciendo.


Si, señor. Verá, mi hijo apenas puede caminar y tiene las manos completamente inútiles. Tengo que hacérselo todo. Cuando llega la noche le doy unas pastillas para que duerma de un tirón y yo pueda descansar.


Gómez miró con hondura a la mujer. Sus ojeras, su gesto fatigado. Después, al hombre de la silla de ruedas. Sus ojos vacíos, la baba corriéndole por las comisuras. Luego, miró sus manos. Le parecieron pequeños esquejes amorfos, retorcidas ramas secas que no dejaban de temblar, como si estuviesen aferrando el aire, matando moscas imaginarias.


Está bien, señora García. Hemos terminado. No olvide que tendrá que personarse mañana en comisaría para firmar la declaración.



La mujer, tras cerrar la puerta, se asomó a la ventana y esperó hasta ver alejarse los coches patrulla. Después se acercó a su hijo, y mirándole las manos con fijeza, en voz muy baja, dijo:


Y, ahora, quiero que os estéis quietecitas.




Copyright: Luisa Fernández


Foto extraída de Internet


24 comentarios:

  1. Muy perturbador este relato, algo extraño para mi.
    Besos

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  2. Comprendo porqué lo dices, Ana. Imagino que será por lo de la silla de ruedas y por eso te resulta extraño.
    Es parte del cuento. Sólo eso.

    Un beso muy fuerte.

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  3. Ay, esas manitas que hacen cosas malas...

    Estupendo relato, Luisa. Y realmente perturbador.

    Un abrazo.

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  4. Gracias, Susana.
    Celebro que te haya gustado.
    Este relato es para paladares feroces.

    Un abrazo.

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  5. Pues hasta aquí he llegado y te dejo un saludo

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  6. Hola, Isabel. Sé bienvenida y vuelve cuando quieras. Te devolveré la visita en tu blog.

    Un saludo.

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  7. Ahora sí,Ya he disfrutado de más de uno de tus relatos. Te enlazo que quiero seguir leyéndote de ahora en adelante. Por cierto ese ojo es realmente precioso

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  8. Me gusta mucho. Aunque no sé si mi paladar es feroz.
    Besazo

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  9. Isabel, gracias por el enlace y tu visita en profundidad. Yo haré lo mismo.
    La cabecera de mi blog la he dibujado yo, el ojo es parte de ella. Me alegro que te haya gustado. Estaré encantada de que vuelvas.

    Un saludo.

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  10. Pepe, yo creo que sí tienes un paladar feroz.

    Paladar feroz: capacidad del lector de adueñarse del relato y captar cada matiz que el escritor ha dejado como clave para su total comprensión, aislando partes del texto que sólo son atrezo y quedándose con la esencia del mensaje.

    ¿A qué sí?

    Un besazo.

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  11. Sí que perturba este relato, sí. Perturba la madre, perturban las manos del hijo, perturban las sospechas, perturba el pensar quién será la próxima víctima, etc, etc.
    Pertúrbanos más Luisa.
    Un abrazo de Mos desde la orilla.

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  12. UUauu quién lo hubiera imaginado así que el hijito y sus inquietas e inquietantes manos,Un gran abrazo, macabro tu regalo.

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  13. Hombre, Mos, no había pensado yo en otras posibles víctimas, o en el pasado que arrastra esta pequeña familia. Pero, mira… a lo mejor da para alguna otra historia.

    No te preocupes, hay perturbaciones para rato.

    Un beso muy fuerte, compi.

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  14. Tú lo has dicho, Drac, la palabra exacta para definir este relato es; macabro. Tiene todos los elementos para serlo. Creo que ha cumplido su misión. Ha perturbado en mayor o menor medida a quienes lo han leído. Dar que pensar e imaginar cosas es lo que tiene que ocurrir cuando se llega al final de su lectura.

    Me alegro que te haya gustado.

    Un beso.

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  15. Las perturbadoras manos autónomas...

    Besos

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  16. Relato perturbador, sin duda. No me extraña que quedaras finalista con otro de tus relatos en el premio de "Ovelles Elèctriques". Por cierto, vaya con el título del premio.
    Que siga la racha, como dices.
    Un beso

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  17. A mi me perturba la madre que sabe y consiente.
    Espeluznante. Eso, eso, que perturben. Que remuevan por dentro.
    Un beso

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  18. Sí, Resu. Tienes razón en eso. La verdad es que nunca sabes hasta dónde se ha llegado con un cuento hasta que escuchas las opiniones de varios lectores. Es precisamente las posibilidades que quedan las que más miedo dan.

    Un beso, compi.

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  19. Hola, Carlota.
    La verdad es que mandé uno bastante "interesante". El título es fundamental para la comprensión del relato porque arranca justo a partir de "La noche de los cristales rotos" cuando se desató la quema de sinagogas en Alemania.Justo al comienzo del Holocausto. Creo que cómo en algunos relatos que escribo, el miedo está en la posibilidad de qué ocurriría sí... aparte de una buena dosis de escalofrío.
    Gracias, Carlota por tu interés.

    Un beso muy fuerte.

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  20. Hola, Trini.
    Pues sí. Nunca se sabe cuándo las partes de tu cuerpo dejarán de comportarse como simples y domesticados miembros. No hay que fiarse.

    Un beso, Reina.

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  21. me gusta el ambiente, me enseñas perfectamente la escena. me ha gustado mucho.
    abrazo

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  22. Gracias, Velpister.
    Me alegro que te haya gustado.
    A veces me da un poco de cosa presentar algunos relatos por eso de no herir sensibilidades, pero una se debe a sus escritos y sería hipócrita por mi parte no mostrar las historias que verdaderamente pueblan mis sueños.

    Un abrazo.

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  23. Me he quedado con ganas de más, y es lo que me ocurre con los relatos y los cuentos por eso soy más de novelas, cuando entro en la escena, me la imagino, visualizo a los personajes, me apagan las luces...

    Esta pareja es muy inquietante y creo que da mucho juego.

    Besitos, Luisa

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  24. Yo tambien soy de novela, Tesa. Y nunca he negado que soy de largo aliento, pero me gustan los micros por su complejidad a la hora de llevarlos a cabo y el impacto final que espero causar en el lector. Tienen mucho encanto.

    Nada, que al final veo a la madre y al hijo en otra historia visto lo visto.

    Un beso muy fuerte.

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