Son tiempos de barro.
De pisadas hundiéndose en la rutina.
De torres obreras.
De camionetas atestadas.
De sudor, de ahogo.
Y a él le duelen los brazos
de volcar sus sueños en ese fango viejo,
el mismo que pisan a diario
los hombres de la fábrica.
Llueve.
En la distancia el tranvía,
su rostro.
La angustia de unos ojos
comiéndose las moras de unos labios.
Y se hace hueco a codazos
de impaciencia, y tartamudea
un saludo.
Ella sonríe.
Y a él le parece una diosa surgiendo
del río Duero.
Tras los cristales la realidad estorba,
escuece las retinas.
Los niños alfareros, hacen botijos
con los sueños.
(Extraido del poemario inédito Sueños de Barro)
Copyright: Luisa Fernández
Foto extraída de Internet.
¡Que bonito! Luisa.
ResponderEliminarUn abrazo y buen miércoles
Gracias, Josefina. me alegro que te haya gustado.
ResponderEliminarUn buen miércoles a ti también.
oye luisa, para cuando el poemario entero en papel o digital? un abrazo.
ResponderEliminarPirateado para mi archivo personal.
ResponderEliminarBesos, alfarera de las palabras
Voltios, me lo estoy pensando largamente. He tenido varias ofertas, pero...
ResponderEliminarUn beso muy fuerte.
Me encanta estar en esos archivos tan personales tuyos. Eso significa algo.
ResponderEliminarUn besazo.
Luisa, pienso que tus poemas son magnificos y espero con ansías un poemario tuyo para tenerlo como libro de cabecera. Ojalá edites pronto y me avises.
ResponderEliminarEste poema es un suave canto a la esperanza dentro de la orquesta de desesperanza que nos rodea.
Besos y versos
Trini, no sabes cuánto me gusta oírte decir eso. Tú, poeta por excelencia, diciéndome estas cosas. Me siento muy halagada. De cualquier modo, cuando publique (si es que alguna vez puede ser), no dudes que te llamaré. Para mí sería un placer ocupar ese puesto.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte, Reina.
Qué te voy a decir que ya no sepas, querida Luisa. La poesía es, quizá, donde más vuelcas tus sentimientos personales, donde te vuelves más sincera, donde muestras tu lado más emotivo, tu interior y lo que te rodea.
ResponderEliminarEste poema es muy válido, muy valioso, muy cotidiano, muy romántico, muy anti-rutina, muy para soñadores, muy esperanzador y muy tierno.
Ya lo dije en su día: la poesía también es lo tuyo.
Un abrazo de Mos desde la orilla.
Muchas gracias, caballero. Tú si que eres muy, pero que muy valioso. Tienes razón en algo; en la poesía muestro más de mí y eso siempre me ha dado algo de miedo. Se está mejor refugiada detrás de los personjes.
ResponderEliminarUn besazo, compi.
Excelso este poema. Te lo aplaudo. Me gusto bastante.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Interesante poética.
ResponderEliminarSaludos...
Gracias Salvador.
ResponderEliminarMe alegro que hayas vuelto por aquí, y ni qué decir tiene que viniendo de ti todos estos halagos, los recibo agradecida.
Vuelve cuando quieras.
Un saludo.
Gracias por tu visita, Jorge. Echaré un vistazo a tu blog.
ResponderEliminarUn saludo.
Eres sorprendente y no dejas de crecer. Tanto en poesía (ésta es preciosa y única) como en los microrrelatos.
ResponderEliminarCuántas cosas llevas dentro, Luisa.
Me alegro mucho por ti. Y me alegro de haberte conocido.
Muchos besos
Para mí sí que ha sido un placer conocerte, Carlota. y los halagos son mutuos. Todo lo que escribes respira, vive. Y eso no es fácil.
ResponderEliminarCrecer es el proyecto de un escritor/a. Tus palabras son las que contribuyen a ello.
Un beso muy fuerte. Y no dudes que nos volveremos a ver antes de lo que piensas.
Unos construyen sueños con barro, otros dejan que ellos vuelen en hermosas palabras posadas en un papel. Besos
ResponderEliminarGracias, Resu. Los sueños tienen múltiples formas de llegar hasta nosotros, y nosotros de extrapolarlos. Sin ellos no somos nada. Hasta el mínimo aliento es un sueño.
ResponderEliminarUn besazo.